Compay era una de esas gentes que no sabía que había que morirse. No sabía de muerte, no hablaba de la muerte, no sabía lo que era la muerte. Él pensaba que la vida era eterna y así vivía.

De un compañero de Compay Segundo.
En un documental sobre músicos cubanos.

Quiero decir, en realidad, es cierto que nunca nos pasa nada. Todos los acontecimientos que uno puede contar sobre sí mismo no son más que manías. Porque a lo sumo ¿qué es lo que uno puede llegar a tener en su vida salvo dos o tres experiencias? Dos o tres experiencias, no más (a veces, incluso, ni eso).

Ricardo Piglia.
Respiración Artificial (1980)