Carnaval, fiesta del revés

Durante la Edad Media los festejos del carnaval ocupan un lugar destacado en la vida pública y poco tiene que ver con nuestra idea actual del carnaval y sus maneras de celebrarlo. Mijail Bajtin analiza el tema en profundidad en La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento; explica que el carnaval es “la segunda vida del pueblo”, da cuenta de la “dualidad del mundo”, es la “fiesta del revés”. De modo que no solo aparece como festejo temporal sino, más que eso, como estilo de vida. El carnaval no pertenece al arte, es la vida misma, tiene elementos del juego. Ignora la distinción entre actores y espectadores, todos participan, todos se ríen de todos, todos sonridículos, el que se burla y el burlador son el mismo, aboliendo una distancia que hoy resulta imposible. Los personajes característicos son bufones y payasos que no hacen de sino que viven su vida como: no son actores sobre el escenario, son bufones y payasos en todas las circunstancias de su vida. “El carnaval es el triunfo de una liberación transitoria y la abolición provisional de las relaciones jerárquicas”. Esta liberación venia de un modo de participar y relacionarse, grotesco, desinhibido y satírico, donde el elemento central era la risa, una risa que era universal y no individual, que negaba y afirmaba. Una risa que incluye a los que ríen.

Esther