Message in the bottle

Cenamos 20 hrs. No puntual. No etiqueta.
Si querés cocinar llevo vino, si no llevo tarjeta.
Estaba en un cumple, me haces reir.
No escribo raro, soy raro.
Tengo acidez de estómago. Tambien una linda amiga.
Gracias!

Enviado desde mi BlackBerry de Movistar

Mensaje rescatado por Esther, un día antes del otoño de 2012.

¿El chapa 8 es el 92 entonces? Correcto, el 92. Chapa 14, el 94.

Motorman del servicio 60: -Buenos días, me copia para el 60.

Controlador: -Te copio.

Motorman: -Para decirte que el equipo éste va demasiado lento, y si me pueden recibir los operarios ahí en Miserere a mi llegada«

El propio Córdoba, al tomar el control de la formación, no tiene toda la información sobre las características del servicio a su cargo, que terminaría estrellado contra los frenos hidráulicos al final del andén 2 de Once.

Córdoba: -Control, buen día, me toma para el 72.

Controlador: -Buen día, te copio.

Córdoba: -Una preguntita, acá Morón me está anunciando [que el servicio es] rápido. Soy el 72, ¿puede ser?

Controlador: -Ahí te rectifica 72, está confundido con el de atrás.

El tren siniestrado no era el único confundido sobre las características del servicio asignado. Y el controlador, a pesar de que según la Secretaría de Transporte cada tren lleva un GPS que permite monitorear su velocidad, no tiene idea de dónde está exactamente cada formación.

Motorman del tren 8: -Control el chapa 8… al final ¿Qué número lleva? […]

ControladorSí te copio.

Motorman: -¿El chapa 8 es el 92 entonces?

Controlador: -¿Dónde estás vos?

Motorman: -Señal de entrada de Merlo, control.

Controlador: -Correcto, el 92. Chapa 14, el 94.

Motorman: -94 entonces.

Controlador: -Sí viejito se hicieron un matete ahí en Merlo.

Diario La Nación. 27 de febrero de 2012.

Esther

Men in progress

Dediqué una cuantas semanas al ensayo de Alfred Stout, “Men in progress”. No puedo ni pretendo tener una idea de su obra, todavía. Leeré todo una vez más deteniéndome en las anotaciones que fui haciendo al costado, intentando. Es la perplejidad lo que me lleva a este comentario, no hay otra cosa. Su agudeza, su exactitud para decir, su descaro. Recordemos que Stout (Irlanda, 1920) dedicó su vida a las matemáticas y que fue por un episodio no muy claro (ni siquiera para sus biógrafos y mucho menos para sus críticos) que se inició en la ensayística y se obsesionó con lo que mucho tiempo después se llamaría “nueva masculinidad”.

Escribo sin comprender, lo comparto por vocación y cada quién considere lo que le parezca. Escojo lo menos significante por el lugar que ocupa y a la vez, el mejor pedacito que encontré de su idea, lo que demuestra también su pretensión de no ser entendido rápidamente, un modo de soberbia al que nos tiene acostumbrados. Se trata de una nota al pie (que recién advertí en una segunda lectura de ese capítulo 17 y que no hace más que confirmar sus pretensiones de invisibilidad ficticia) que dice:

“Los hombres solo necesitan que les crean. No esperan más que eso. Una mujer puede vivir sin que le crean, porque su condición es ya creíble. El hombre necesita siempre una justificación de existencia.”

Aunque la provocación es evidente, todo el ensayo es una provocación, llegar a esta idea es al menos un desafío a cualquier síntesis imaginada.

Un párrafo más y me retiro:

“Consumen (los hombres) su tiempo con asombrosa falta de capacidad para el disfrute propio. Es que justificar su existencia les lleva a las más diversas empresas, a las menos lógicas, si bien se lo piensa. Por eso el éxito masculino solo puede darse en parcelas. Que solo basta observar para encontrar que no hay buenos padres que sean buenos empresarios, ni buenos viajeros que conserven sus amistades. Son monofásicos intentando sostener y controlar lo que excede, ya no al género, sino a la condición humana.”

Dice Stout.

Esther

Si todos sospechan

Si todos sospechan, descreen, te objetan, te apuntan, se quejan, no entienden, preguntan, acusan, te juzgan, pretenden, se ríen, intentan, se enojan, acechan, te absorben, lo cuentan, suspiran, machacan, te miran, comentan, destiñen, golpean, te ladran, se acercan.

No dudes, hacelo, estás cerca.

Esther

Humo

Le dice no fumes mucho justo cuando apaga el pucho 35. No sabe qué es “no fumes mucho”. ¿Será el equilibrio que le reclama la siquiatra? Desconoce. 35 o 5 que más da. Si desayuna clonazepam. Si come cuando la invitan o cuando la motiva un aroma. Qué puede saber de puchos. En realidad no sabe de nada. Solo intuye y ahí va. Escucha. Escucha mucho. Porque no sabe conversar, no entiende la dinámica. Solo sabe fumar. Entiende su boca como entiende la vida, algo para tragar. La entiende como un humo. Es bruta. Ignora todo. No comprende ni la tele. Ni lo que la rodea. Ni siquiera el horario en que tiene que sacar la basura. Ni eso comprende. Desconoce, por eso traga humo. Porque es más fácil que respirar y mucho más fácil que entender.

Esther