Motorman del servicio 60: -Buenos días, me copia para el 60.
Controlador: -Te copio.
Motorman: -Para decirte que el equipo éste va demasiado lento, y si me pueden recibir los operarios ahí en Miserere a mi llegada…«
El propio Córdoba, al tomar el control de la formación, no tiene toda la información sobre las características del servicio a su cargo, que terminaría estrellado contra los frenos hidráulicos al final del andén 2 de Once.
Córdoba: -Control, buen día, me toma para el 72.
Controlador: -Buen día, te copio.
Córdoba: -Una preguntita, acá Morón me está anunciando [que el servicio es] rápido. Soy el 72, ¿puede ser?
Controlador: -Ahí te rectifica 72, está confundido con el de atrás.
El tren siniestrado no era el único confundido sobre las características del servicio asignado. Y el controlador, a pesar de que según la Secretaría de Transporte cada tren lleva un GPS que permite monitorear su velocidad, no tiene idea de dónde está exactamente cada formación.
Motorman del tren 8: -Control el chapa 8… al final ¿Qué número lleva? […]
Controlador: – Sí te copio.
Motorman: -¿El chapa 8 es el 92 entonces?
Controlador: -¿Dónde estás vos?
Motorman: -Señal de entrada de Merlo, control.
Controlador: -Correcto, el 92. Chapa 14, el 94.
Motorman: -94 entonces.
Controlador: -Sí viejito se hicieron un matete ahí en Merlo.
Diario La Nación. 27 de febrero de 2012.
Esther